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Biomarcadores cardíacos

La prevención es uno de los objetivos principales de la medicina y, por lo tanto, de la ingeniería biomédica. Detectar a tiempo cualquier anomalía anatómica o fisiológica en el cuerpo humano permite realizar un diagnóstico oportuno y, así, aumentar las probabilidades de éxito de cualquier tratamiento. Existen diversos campos de la medicina, sin embargo, en el presente se hablará sobre cardiología. Específicamente, en México, las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte en el país donde, además, se estima que el 70.3% de la población adulta vive con al menos un factor de riesgo cardiovascular. Si bien es cierto que se utilizan métodos como un electrocardiograma u otros métodos de imagenología no invasivos, la actualidad tecnológica permite avanzar hacia una nueva herramienta: biomarcadores. (Asociación Ale, 2020)

¿Qué es un biomarcador?

En pocas palabras, un biomarcador es una sustancia que se introduce en un organismo (específicamente, el cuerpo humano), y que permiten medir la función de un órgano en concreto o de un proceso bioquímico. Como su nombre lo indica “marca” una célula, proteína u hormona, en específico.


¿Cuál es el objetivo de un biomarcador?

Con el proceso anterior se puede medir y evaluar las cantidades de la molécula o el proceso biológico en sí. Con ello, se puede comparar la medición obtenida con parámetros normales previamente establecidos y determinar alguna anomalía. Por ejemplo, la existencia de un anticuerpo en concreto podría determinar una infección o un incremento en la producción de una proteína u hormona en específico puede ser señal temprana de un cáncer. (médico, D., 2020)



Biomarcadores en cardiología

Cada vez se utilizan más biomarcadores en sangre para determinar alteraciones cardíacas, proceso que realizan con una precisión cada vez mayor. Considerando que el infarto es la principal causa de lesión cardíaca, existen dos objetivos principales de los biomarcadores: detectar procesos inflamatorios y estrés en la pared del miocardio. Solo por ejemplificarlo, en cuanto a la primera, detectar dichos procesos tiene una función de prevención, pues da mucha información de enfermedades coronarias (en las arterias del corazón) sin aún tener indicios de necrosis (lesión celular por alguna lesión, no natural). Es importante mencionar que, específicamente en procesos inflamatorios, aún no se tiene determinado al 100% un biomarcador útil para el diagnóstico, incluso, no se tiene uno útil para detectar un daño al miocardio por un agente infeccioso, por lo que el campo de estudio y de aplicación es amplio. (McLean and Huang SA, 2012)


El campo de estudio de los biomarcadores es extenso y complejo, pues requiere conocimientos tanto de bioquímica, como de ingeniería, todo con el objetivo de realizar la recopilación de la información y, en ambos casos, no perjudicar de algún modo al paciente. Conforme el tiempo avanza, los biomarcadores consiguen ser más precisos y sus ventajas en, por ejemplo, la unidad de cuidados intensivos (UCI), donde se exige un diagnóstico acertado y cuidadoso para el desarrollo de un tratamiento adecuado, son de gran valor.

 

Referencias