Tratamientos con bacteriófagos para infecciones bacterianas

 
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Autor: Diego Fernando Ruiz Aguilar

¿Qué son los bacteriófagos?

Los bacteriófagos, también conocidos como fagos, son aquellos virus que solo infectan a las bacterias. Son el microorganismo no-vivo más abundante, diverso, y posiblemente de los más antiguos del planeta (Kurzgesagt 2018). Como todos los virus, son altamente selectivos con el tipo de células que atacan, por ejemplo, los virus de la hepatitis solo infectan las células del hígado; los de la influenza a las del sistema respiratorio; y los bacteriófagos, pues, solo a bacterias. Como resultado de millones de años de evolución, cada fago se ha especializado en infectar a una especie en particular de bacteria y/o a sus relativos más cercanos (Lipman, 2015). Con todo esto en cuenta, estos seres han demostrado ser de particular interés para la medicina, en particular, contra bacterias resistentes a antibióticos.

¿Por qué son un tratamiento prometedor contra las infecciones bacterianas? (y en qué consiste)

Bacteriófgos a distintos niveles de magnificación

Bacteriófgos a distintos niveles de magnificación

Como se exploró en el artículo anterior, hoy en día la resistencia a antibióticos que están presentando múltiples bacterias a nivel mundial es un asunto de extrema importancia. El tratamiento con bacteriófagos ofrece un método de los más prometedores que se basa en la enemistad natural entre estos virus y las bacterias. El mecanismo de la terapia es relativamente sencillo. Consiste primeramente en identificar la especie de bacteria responsable de la infección para así determinar cuál es su fago depredador natural. Después, se le inyectan intravenosamente al paciente estos virus, los cuales detectarán e infectarán a las bacterias patógenas y posteriormente las exterminarán. Finalmente, cualquier bacteria que sobreviva a la terapia será eliminada por el sistema inmune humano y el paciente logrará su recuperación (Srisuknimit, 2018).

Ventajas contra antibióticos

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La principal ventaja contra los antibióticos es que estos microorganismos evaden la resistencia antibiótica que puedan presentar las bacterias. En segundo lugar, es prácticamente imposible que ataquen a las células de nuestro propio cuerpo y además debido a la alta selectividad de los fagos contra las especies que atacan, no hay ningún riesgo que infecten a las bacterias benéficas que habitan en nosotros. Cosa que los antibióticos no pueden hacer pues no discriminan entre bacterias patógenas y benéficas por lo que terminan exterminando parte de nuestra flora intestinal, lo que puede generar efectos secundarios. Finalmente, es mucho más fácil desarrollar un tratamiento nuevo con fagos que un nuevo antibiótico (Lipman, 2015).


Desventajas contra los antibióticos

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No obstante, también tienen sus claras desventajas. Al ser una alternativa que se está explorando todavía no se obtiene una efectividad tan alta como la de un tratamiento con antibióticos (siempre y cuando la bacteria no sea resistente). Esto se debe principalmente a que la producción de los fagos es algo complicado. Pues para esto se debe hacer un cultivo de bacterias e infectarlas con los virus, dejar que se multipliquen y exterminen a las células, y después recuperar solamente a los fagos. Este último paso es el que ha demostrado ser particularmente complicado ya que los virus son extremadamente pequeños y son difíciles de separar de los restos de las bacterias muertas, además que es muy importante que no se cuelen los restos de células pues si se inyectan pueden producir una respuesta inmune agresiva y causarle una sepsis al paciente (Srisuknimit, 2018).


En conclusión, el tratamiento con bacteriófagos es una tecnología prometedora para el tratamiento de infecciones bacterianas. Actualmente, solo se usan para casos graves de infecciones con bacterias resistentes a antibióticos como un último esfuerzo para curar al paciente. Sin embargo, su poca aplicación se debe más que nada al limitado desarrollo que tiene este método. Como toda tecnología novel, tiene sus retos y dificultades pero que, si se logran superar, potencialmente se puede volver un tratamiento común en vez de una alternativa.

Referencias: