¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos que otorgan un beneficio a la salud cuando son administrados en cantidades adecuadas, influyen en el ecosistema intestinal al interactuar con microorganismos potencialmente patógenos, conducen al reforzamiento de la barrera intestinal y a la regulación de la respuesta inmunitaria a estímulos antigénicos. Las cepas de probióticos se clasifican según su especie, subespecie, género y una designación alfanumérica para identificarlas. Se considera importante usar dichas designaciones para poder atribuirles beneficios a determinadas cepas o combinaciones de las mismas. (Guarner et al., 2017)

Con el fin de abordar problemas de salud, el interés comercial de los probióticos ha incrementado de manera paulatina conforme avanza el conocimiento acerca de la relación que existe entre ellos y el conjunto de bacterias que viven en el intestino, su interacción y el origen de efectos positivos sobre el paciente, siendo una alternativa en la alimentación funcional y en la mejora de algunas enfermedades. Se han considerado como un potencial tratamiento para la obesidad y reducción de lípidos por su posible capacidad para mantener el equilibrio en la composición de la flora intestinal, que desempeña un papel importante en las alteraciones metabólicas. (Garrayo Ventas, 2019)

¿Qué es la disbiosis intestinal?

Se conoce como disbiosis intestinal a la rotura del equilibrio entre bacterias intestinales comensales y patógenas (Manrique Vergara, Carreras Ferrer, Ortega Annló and González Sánchez, 2014). Dicho desbalance presenta una relación con la obesidad así como con ciertos marcadores asociados al padecimiento, siendo una opción para combatirla el suministro de probióticos  basándose en las funciones que desempeñan en el metabolismo intestinal y en el sistema inmune. (Rodríguez et al., 2013)

¿Probióticos para la obesidad?

Un análisis de ensayos clínicos comparte que al combinar los probióticos con algún tipo de dieta y actividad física las personas  sometidas presentan una disminución de la grasa corporal, de la circunferencia de la cintura y de la relación cintura-altura. Uno de ellos demostró una reducción del 10% en la masa de grasa corporal mientras que los valores aumentaron en el grupo placebo.  

Existe también la posibilidad de que afecten a la ingesta de alimentos y al apetito gracias a la producción de ácidos grasos de cadena corta, que tienen funciones en la salud gastrointestinal, lo que representa una forma de combatir la patología, no mediante la reducción de grasa sino controlando la ingesta de alimentos. (Garrayo Ventas, 2019)

El empleo de cepas probióticas de las que se cuente con evidencia científica sobre sus beneficios ante determinados factores de riesgo asociados a la obesidad podría ayudar, junto con cambios en la alimentación y el fomento de la actividad física, a la regulación del peso corporal. Su consumo en el entorno materno-infantil puede corregir la disbiosis microbiológica intestinal y por ende evitar el sobrepeso y la obesidad. (Rodríguez et al., 2013)

Nota: La información previa solamente provee guías generales y no sustituye las recomendaciones de su médico.

Referencias

• Garrayo Ventas, E., 2019. Beneficios De Los Probióticos En La Obesidad. Licenciatura. Universidad Autónoma de Madrid.

• Guarner, F., Sanders, M., Eliakim, R., Fedorak, R., Gangl, A., Garisch, J., Kaufmann, P., Karakan, T., Khan, A., Kim, N., De Paula, J., Ramakrishna, B., Shanahan, F., Szajewska, H., Thomson, A. and Le Mair, A., 2017. Probióticos y prebióticos. Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología, 1, pp.1-10.

• Manrique Vergara, D., Carreras Ferrer, I., Ortega Annló, E. and González Sánchez, M., 2014. Probióticos: más allá de la salud intestinal. Nutrición Hospitalaria, 30(2), pp.63-65.

• Rodríguez, J., Sobrino, O., Marcos, A., Collado, M., Pérez-Martínez, G., Martínez-Cuesta, M., Peláez, C. and Requena, T., 2013. ¿Existe una relación entre la microbiota intestinal, el consumo de probióticos y la modulación del peso corporal?. Nutrición Hospitalaria, 28(1), pp.3-10.