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¿Para qué sirven los implantes cocleares?

Autora: Ariel Cantoral Sánchez

El implante coclear es un dispositivo médico que ha tenido gran impacto en la humanidad, ya que no sólo implica beneficios en la audición, sino que también puede ayudar a desencadenar el desarrollo del habla, del lenguaje y de la comunicación oral, mejorando así la calidad de vida de las personas (Jiménez Romero, 2014).

 

Funcionamiento

La cóclea es la sección del oído interno que contiene las terminaciones nerviosas encargadas de comunicar el sonido al cerebro. Un implante coclear es un pequeño dispositivo electrónico que consta de una parte externa que se coloca detrás de la oreja y una interna que se implanta quirúrgicamente debajo de la piel. Una vez implantado, el dispositivo estimula dichas terminaciones para proporcionar la sensación de sonido, a una persona totalmente sorda o con deficiencias auditivas severas. Es importante destacar que a diferencia de un audífono típico, que sólo amplifica el sonido al subirle el volumen, con un implante coclear, los nervios son eléctricamente estimulados para que envíen señales al cerebro, donde éste las traduce y hace el resto del trabajo (FDA, 2018).

 

¿Quiénes pueden usarlo?

Se ha reportado que tanto niños como adultos pueden ser elegibles para usar el implante coclear, siempre y cuando la persona tenga un grado de hipoacusia (sordera) muy elevado y haya obtenido muy poco mejoramiento con los audífonos “clásicos” también conocidos como aparatos auditivos para sordera. Es decir, los pacientes que puedan oír lo suficientemente bien con dichos audífonos no son buenos candidatos para los implantes cocleares. Dichos candidatos pueden ser personas con discapacidad auditiva congénita (desde el nacimiento) o adquirida (después del nacimiento) (Medlineplus, 2018) (Profeco, 2020).

Cabe destacar que recientemente, en 2020, la FDA autorizó reducir la edad de implantación coclear a pacientes de 9 meses cuando anteriormente estos implantes estaban indicados para su uso en personas de un año de edad en adelante (FDA, 2018) (Cochlear, 2020). Además en México también se tiene registro sanitario para este tipo de dispositivos médicos, de los cuales algunos han sido aprobados por Cofepris (Cofepris, 2018).

 

Riesgos

Como en cualquier otra cirugía existen riesgos, sin embargo estos son menos comunes ahora que la intervención se realiza a través de una pequeña incisión quirúrgica, pero entre las posibles complicaciones se incluyen problemas con la cicatrización de la herida, ruptura de la piel sobre el dispositivo implantado, infección cerca del sitio del implante, etc. (Medlineplus, 2018). Otros riesgos, aunque mínimos, son las lesiones al nervio facial, meningitis, fístulas perilinfáticas (líquido del oído interno que escapa a través del agujero creado para colocar el implante) y mareos o vértigo (FDA, 2018).

 

Avances y limitaciones

Es importante reconocer que, si bien, los implantes cocleares no restauran la audición normal, si pueden ayudar a quienes los usan a reconocer las palabras con ayuda de terapia para entender cómo procesar lo que están oyendo.

Una de las metas que tienen las empresas que desarrollan este tipo de implantes, es lograr idear estrategias más sofisticadas que ayuden a reducir al mínimo el ruido de fondo y mejorar la relación ruido-sonido, ayudando al usuario a concentrarse mejor y a entender el habla (FDA, 2018).

Estos dispositivos pueden colocarse en un oído (unilateral) o en ambos (bilateral), esto último ha comenzado a utilizarse con mayor frecuencia para tratar la pérdida auditiva bilateral grave, especialmente en los bebés y niños que están aprendiendo a hablar y a procesar el lenguaje (Mayoclinic, 2020) (Sunwoo et al., 2021).

 

Nota: La información previa solamente provee guías generales y no sustituye las recomendaciones de su médico.

 

Referencias